Entendiendo la factura de la luz

¿Quién no teme cuando llega a casa y ha recibido la factura de la luz? Quien diga que no, probablemente no esté siendo del todo sincero o puede que ya conozca todos los elementos que componen su recibo y haya empezado a ahorrar.
Entendiendo la factura de la luz
Pero es muy común que cuando llega la factura de la luz te lleves las manos a la cabeza si el precio se ha disparado mucho. Sin embargo, la volverás a pagar un mes sin tener claro a qué corresponde exactamente cada gasto que ahí viene detallado.
Si tu caso es de esas personas que apenas tienen conocimiento acerca de todos los conceptos que aparecen en su factura de la luz, este es tu artículo.

COMPONENTES DE MI FACTURA DE LA LUZ

Para empezar explicaremos la composición principal de nuestra factura de la luz y luego lo haremos de forma detallada.
Son tres conceptos principales los que conforman nuestro recibo:
Un 25% del precio total corresponde a los impuestos.
El 35% del gasto total es nuestro consumo real de energía.
Un 40% de la factura final responde a los costes regulados, es decir, al transporte, distribución, etc.
Dependiendo de si tienes contratado tu suministro con el mercado regulado o el libre la estructura de tu factura de la luz puede variar. Veámos los componente de una convencional:

  • Período de consumo: en primer lugar, después del logotipo de la compañía y de los datos del titular encontraremos el período de consumo. Esto es la fecha a la que corresponde dicha factura, la cual puede ser bimestral o mensual.
  • CUPS: también encontraremos nuestro número CUPS (Código Universal del Punto de Suministro) que identifica nuestros suministro. Podemos decir que es como el DNI de nuestra instalación y siempre será el mismo aunque cambiemos de comercializadora.
  • Peaje o tarifa de acceso: es un gasto fijo y se determina en función de la potencia que tengas contratada. Corresponde al uso de las redes de tendido eléctrico, transporte, distribución y cualquier otro coste regulado establecido por el gobierno.
  • Facturación potencia contratada: este concepto se abonará aunque no exista consumo real de energía pues representa la potencia contratada. Por tanto a mayor potencia contratada más coste.
  • Facturación energía consumida: este apartado corresponde con el consumo real que realizamos de electricidad y se paga en función de los KW consumidos.
  • Impuesto sobre la electricidad: es el cargo que estima el gobierno que se ha de pagar por la electricidad.
  • Alquiler de equipos: excepto que el contador sea suyo, deberá pagar por el alquiler del que utiliza.
  • IVA: se aplica un cargo del 21% sobre el importe total de la factura.

CÓMO AHORRAR EN LA LUZ MÁS BARATA

Una vez que hemos desgranado todos cargos que incluye nuestro recibo podemos comprobar que la mayoría de gastos corresponden a impuestos ya establecidos o IVA, y que nuestro consumo real sólo representa el 35% del precio total de la factura de la luz.
Por tanto, es sobre esta cargo en el que podemos actuar para reducir el precio final pero, ¿cómo podemos conseguirlo?
En primer lugar, la potencia de luz contratada también incide en el precio final, por lo que una manera de conseguir ese ahorro del que hablamos es reducirla y ajustarla al consumo real que estamos teniendo.
En ocasiones tenemos una potencia contratada superior a lo que es nuestro consumo de energía y al reducirla podemos encontrar ese ahorro que tanto buscamos.
Existen otras alternativas como contratar una tarifa de discriminación horaria en la que existen ciertas horas en las que la electricidad es más barata, de tal modo que una pequeña adaptación de nuestros hábitos de consumo puede suponer un gran ahorro.
Si después de realizar estos ajustes en tu factura de la luz sigue siendo elevada y prefieres cambiar de compañía, visita un comparador de luz y compara entre las mejores comercializadoras nacionales para conseguir aquella tarifa que más beneficios te reporte.